Cuando padecemos mala circulación de la
sangre, comenzamos a sufrir de hinchazón y piernas cansadas.
La
mala circulación se produce cuando las extremidades no son capaces de bombear
de forma correcta el retorno de la sangre al corazón, ya que deben hacer un
gran esfuerzo actuando en contra de la gravedad.
Las válvulas de las venas y
los músculos de las pantorrillas son los que propician este bombeo de retorno,
por lo que deberemos trabajar, principalmente, con las pantorrillas donde están
los mùsculos gemelos.
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La bicicleta echados boca
arriba en el suelo es un ejercicio idóneo para mejorar la circulación de la
sangre. Ya la mera postura, con las piernas elevadas sobre el resto del cuerpo,
favorece el retorno de la sangre. Intentaremos realizar esta actividad a
diario.
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Caminar o correr también es una
actividad física que le viene muy bien a la circulación de la sangre, ya que el
hecho de que gran parte de la fuerza que hacemos para avanza se haga con los
gemelos, pero intentaremos reducir al máximo el impacto usando zapatillas con
amortiguación para los talones.
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En general, para mejorar la
circulación de la sangre intentaremos evitar toda actividad física que nos
requiera estar de pie sin avanzar, como pueden ser el golf o el ping-pong, ya
que estaremos la mayor parte del tiempo en una postura que no favorece el
retorno de la sangre al corazón y haciendo esfuerzo con otros músculos que no
son los gemelos.