El término dislexia se emplea para
designar un síndrome o conjunto de causas determinado, que se manifiesta como
una dificultad para la distinción y memorización de letras o grupos de letras,
falta de orden y ritmo en la colocación, mala estructuración de frases, etc.;
que se hace patente tanto en la lectura como en la escritura.
La dislexia es el efecto de
múltiples causas, que pueden agruparse entre dos polos. De una parte los
factores neurofisiológicos, por una maduración más lenta del sistema nervioso y
de otra los conflictos psíquicos, provocados por las presiones y tensiones del
ambiente en que se desenvuelve el niño.
Características del niño disléxico
Falta de atención. Debido al
esfuerzo intelectual que tienen que realizar para superar sus dificultades
perceptivas específicas, suelen presentar un alto grado de fatigabilidad. Por
esta causa los aprendizajes de lectura y escritura le resultan áridos, sin
interés, no encontrando en ellos ningún atractivo que reclame su atención.
Desinterés por el estudio. La falta
de atención, unida a un medio familiar y escolar poco estimulante, hacen que se
desinteresen por las tareas escolares. Así, su rendimiento y calificaciones
escolares son bajos.
Inadaptación personal. El niño
disléxico, al no orientarse bien en el espacio y en el tiempo, se encuentra sin
puntos de referencia o de apoyo, presentando en consecuencia inseguridad y
falta de estabilidad en sus reacciones.
Recomendaciones
El
diagnóstico y la prevención deben empezar lo antes posible, desde el momento en
que se observen las primeras anomalías. De este modo se evitan muchos problemas de inadaptación escolar y personal.
El plan de
recuperación en edad escolar está centrado en el área del lenguaje y en la
inmadurez perceptiva y manual. Las actividades abarcan los siguientes aspectos:
Ejercicios de
actividad mental: de atención y memoria, organizar y ordenar elementos,
observar y distinguir unos objetos de otros.
Ejercicios
perceptivos y manuales: reconocer y agrupar objetos según el color, según el
tamaño y la forma.
Ejercicios
de equilibrio estático y dinámico.
Ejercicios
de lenguaje: nombrar y definir objetos, dibujos, contar cuentos.
Ejercicios para
conocer su propio cuerpo: señalar partes del cuerpo, decirlas por su nombre,
etc.
Ejercicios
de lectura y pre escritura, son ejercicios que ayudan a seguir el movimiento y
reconocimiento de las letras, en este nivel se ejercita el aprendizaje de las vocales,
consonantes y de los números. Para conseguirlo, además de los ejercicios de caligrafía, se utilizan las
actividades con plastilina, pintura de dedos, recortado de figuras, picado,
etc.