La
tortícolis es una contracción muscular prolongada en la región del cuello que
origina dolor e incapacidad de movimiento. Esta distonía provoca que, mientras
que la cabeza apunta hacia un hombro, el mentón quede señalando hacia el hombro
opuesto.
Una
de las causas de los
tortícolis más frecuentes es la adopción de determinados hábitos
posturales:
- Mantener el cuello en una mala posición mientras estudiamos o trabajamos.
- Dormir en una posición brusca que no permite relajar los músculos del cuello.
- Latigazo cervical, producido por una frenada brusca con el vehículo.
- El estrés y la fatiga también pueden predisponer a ella.
- Hernias discales.
Los
síntomas que se presentan son:
- Dolor muscular generalmente en el cuello, en la espalda o en la cabeza.
- Los músculos del cuello se sienten rígidos. Puede haber temblor o espasmos.
- La cabeza suele estar un poco torcida, especialmente el mentón, el cual adopta una posición extraña a la vez que el hombro del lado lesionado se eleva un poco.
Lo
más importante para tratar esta patología es realizar tratamientos con hielo,
masajes fisioterapéuticos. El uso de collarín puede darse en determinados
casos. Además, una vez que la movilidad del cuello mejora, es recomendable
realizar estiramientos de los músculos afectados, dirigidos por un
fisioterapeuta.
Dado
que normalmente esta patología es adquirida por malas posturas, se recomienda además
tener especial cuidado en situaciones que puedan originarla, como:
- Utilizar almohadas demasiado altas o bajas a la hora de dormir.
- Pasar mucho tiempo hablando por teléfono con una postura forzada y poco ergonómica
- Evitar movimientos bruscos del cuello.
Las
técnicas de relajación y los estiramientos regulares de la zona cervical
reducen el peligro en pacientes propensos a padecerla, llevando una rutina
guiada por un fisioterapeuta.
Servicio de Terapia Física y Rehabilitación - Fisiopersonal
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