La fractura en
tallo verde es una fractura incompleta de un hueso largo de un niño que no ha
terminado de crecer. Esta
condición es muy común en los niños debido al hecho de que los huesos de un
niño son mucho más flexibles que el hueso adulto y más susceptible al daño
debido a su suavidad. En los niños, estos se suelen confundir con lesiones de
tejidos blandos que se producen después de un trauma. La causa a menudo se revela
como una fuerza traumática aplicada a la zona. El trauma puede ser resultado de
un golpe directo o debido a una caída. Esto suele dar lugar a síntomas como:
- Dolor.
- Inflamación.
- Movimiento restringido de la región.
Los niños muy pequeños, que son incapaces de expresar la causa de su
malestar, pueden llorar sin control en el caso de las fracturas en rodete.
Cada fractura
tiene su tratamiento específico, dependiendo además de la edad del niño, pero
en términos globales, el objetivo es conseguir la consolidación del hueso de
forma rápida y efectiva, evitar los desplazamientos y evitar la aparición de
complicaciones. Suele inmovilizarse con una férula o yeso durante 3 o 4 semanas
hasta que suelden.
Al tener el área
de la fractura inmovilizada, los músculos alrededor de la zona estarán débiles,
por lo tanto se debe realizar una rutina de ejercicios de fortalecimiento a partir de que sea retirado el
yeso o cualquiera que haya sido el método utilizado. Deberá aumentar
gradualmente las actividades hasta que esos tejidos pueden funcionar
normalmente y se haya completado el proceso de curación.
Para una sana y
pronta recuperación será necesaria la intervención fisioterapéutica tanto para la indicación de los
ejercicios adecuados como para la rehabilitación por medio de agentes físicos u otras técnicas
según sea el caso.
Servicio de terapia Física y rehabilitación - Fisiopersonal
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