Las manías forman parte de los conocidos trastornos del ánimo; pueden ser
transitorias y venir en forma de obsesión o pueden ser más graves y formar
parte de algo más serio como es el trastorno bipolar o el estado maníaco.
Suelen ser patentes cuando el niño tiene entre 3 y 4 años y le ayudan a
controlar acontecimientos externos. Son conductas y costumbres que desaparecen
con la edad pero, en otras ocasiones, pueden llegar a reforzarse y a durar
mucho convirtiéndose en una seria interferencia en el desarrollo del pequeño.
Se produce, sobre todo, cuando hay fatiga, irritabilidad o cuando el niño
se encuentra sometido a grandes estados de tensión.
Manías recurrentes en los niños:
1. Querer comer siempre en el mismo plato.
2. Tener siempre los juguetes colocados en la misma posición.
3. Usar una taza especial.
4. No dormir si no es en su cama y con su almohada.
5. Lavarse las manos constantemente para evitar la sensación
de tenerlas sucias.
6. Repetir siempre los mismos “rituales” al levantarse o al
acostarse.
¿CÓMO AYUDARLO?
Enseñándole a enfrentarse a las dificultades de
la vida. Es muy importante que el niño vea en sus padres seguridad y firmeza en
los quehaceres diarios y ayudarle a entender que no pasa nada por equivocarse a
la hora de hacer las cosas.
Si el tiempo y la frecuencia de las manías no se
reduce, y está empezando a resultar una molestia para el pequeño, puedes acudir
a un profesional para que el niño mejore, haciendo que la visita al terapeuta
sea para él casi como un juego. Resultará de gran ayuda la asistencia a terapias
de autocontrol.
Servicio de Terapia Ocupacional - Fisiopersonal
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