En nuestro cuerpo
tenemos diferentes tipos de articulaciones para realizar diferentes
movimientos, pero todas tienen en común una membrana llamada cápsula articular. Se trata de
una membrana fibrosa que se encarga de que los huesos no se desplacen demasiado
uno de otro, y también contienen una sustancia llamada líquido sinovial que se encarga de lubricar los dos
cartílagos que protegen a los huesos, para que no se desgasten o erosionen con
los movimientos.
Muchas veces nos hemos hecho crujir los nudillos o, en un
masaje de espalda, hemos notado como sonaba un chasquido entre una vértebra y una costilla. Sucede que al "crujir los nudillos" lo que en realidad estamos
haciendo es separar un hueso del otro, y como se disminuye la presión del
líquido sinovial, los gases disueltos en el líquido se separan
y forman burbujas de golpe para ocupar el nuevo espacio creado. Y eso es lo que
produce el ruido.
Al margen del
fenómeno físico y fisiológico que conlleva sonarse los nudillos, a muchos les
preocupa si tener esta costumbre puede acarrear problemas con el tiempo y la
edad. Si bien muchas personas, incluidos algunos médicos, afirman que puede
desarrollar una artrosis de
forma temprana, lo cierto es que no hay estudios científicos
que respalden esta afirmación.
Las investigaciones
sugieren que se los puede hacer sonar todo lo que se quiera, sin causar
osteoartritis o artrosis. Sin
embargo, tenemos el mal hábito de hacer crujir estas articulaciones repetidas
veces el mismo día causando dolor, nos arriesgamos a desestabilizar los ligamentos
de dicha articulación.
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