La lateralidad es el predominio funcional de un lado del cuerpo sobre el otro, determinado por la supremacía de un hemisferio cerebral sobre el otro. A día de hoy, no se termina por definir a ciencia cierta porqué una persona es diestra o zurda. Aunque es cierto que puede estar dependiendo de varios factores (causas): La herencia. Factores neurofisiológicos. Adiestramiento (experiencia).Factores ambientales, Desde la posición de reposo de la madre embarazada hasta la manera de coger al bebe para amamantarlo, mecerlo, transportarlo, etc. En ningún caso, la zurdería debe considerarse un defecto o una mania que hay que corregir.
Si el niño no tiene conciencia de su lado derecho o izquierdo jamás podrá proyectar al exterior su lateralidad, consideremos además que la lectura y escritura son procesos que se cumplen de izquierda a derecha. Si existe una lateralidad irregular o deficiente pueden presentarse alteraciones en la lectura, problemas con la orientación espacial, tartamudez, dislexia, etc. Es importante para ello, el trabajo del Terapeuta, para que el niño explore las cualidades de su cuerpo, lo sitúe en un espacio y se beneficie de las adquisiciones de su entorno, derecha/izquierda.
El dominar la lateralidad en el niño lo ayudará mucho a ubicarse con respecto a otros objetos. El no hacerlo podría repercutir en las dificultades de aprendizaje de algunas materias. La lateralidad se consolida en la etapa escolar. Entre los 2 y 5 años observamos que las manos se utilizan para peinarse, asearse en el baño, poner un clavo, repartir un naipe, decir adiós, cruzar los brazos y manos, en estos dos casos la mano dominante va sobre la otra. En la edad escolar el niño debe haber alcanzado su lateralización y en función de su mano, pie, ojo y oído.
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