Una rotura en el músculo aductor
mediano puede ser parcial o total. Si se trata de una rotura total, suele
localizarse en la inserción del músculo en el hueso fémur o en su origen en el
pubis. En cambio, las roturas parciales
se suelen localizar en el propio músculo.
Los síntomas son los siguientes:
· -Dolor instantáneo, como una puñalada en la ingle. Si se intenta retomar la actividad el dolor reaparece.
· -Hematoma
con hemorragia local y tumefacción (ojo porque este síntoma no tiene por qué
manifestarse de inmediato y pueden pasar algunos días hasta que se hace
notable).
·
Si no
se puede contraer el músculo es un síntoma de que podría haber rotura
total.
· Si se
produce rotura en pleno músculo se puede notar a la vista un defecto en el
lugar donde se ha producido la lesión.
Las causas generales suelen ser:
· - Contracciones
bruscas del músculo, o estirones excesivamente intensos.
· -Traumatismos,
golpes o caídas.
· -El
sedentarismo, ya que la falta de entrenamiento y la pérdida de las capacidades
circulatorias provocan una propensión a sufrirlos al realizar una actividad más
intensa de lo habitual.
· -La
falta de aportes nutritivos indispensables para la contracción muscular, bien sea
por una mala microcirculación sanguínea o por no ingerir los metabolitos necesarios.
· -Ciertas
enfermedades del metabolismo como la diabetes.
·
Los momentos más críticos son al comienzo y al final de cualquier
actividad física: Al principio, porque el músculo aún no se ha calentado lo
suficiente y al final, porque el cansancio y la deshidratación pueden pasar
factura. Por ello, para prevenir estas lesiones es muy importante un buen calentamiento
y sobre todo realizar los estiramientos antes de cualquier
actividad física.
Tratarlo inmediatamente con frío, vendaje de compresión
y elevación (colocar la pierna lesionada en posición elevada, por lo menos a 45
grados de la horizontal). En el caso de querer acelerar el proceso de
recuperación el fisioterapeuta indicará las terapias físicas y pautas a seguir.