Con el masaje se pueden aliviar muchas dolencias musculares, ligamentosas, y
nerviosas, obteniendo buenos resultados cuando es aplicado adecuadamente, según
cada caso. Pero el masaje no es suficiente para quitar el origen del dolor, o
mejor dicho el problema de fondo el cual genera el dolor. El masaje por sus
cualidades, de mejorar la circulación, mejorar la sensibilidad, promover la
relajación, entre otros, puede llegar a calmar el dolor, por eso es utilizado
como una herramienta dentro del tratamiento.
Existen muchas diferencias entre un masaje relajante y la terapia física,
no se puede hablar que son lo mismo ni mucho menos que hacen lo mismo, el
masaje relajante consiste en la aplicación de manipulaciones y roces sobre la
piel, en cambio la terapia física utiliza el masaje como una de sus técnica,
pero a la hora de poner en práctica su técnica manual,
va más allá de la simple manipulación de músculos y piel. Los terapeutas
físicos, valoramos otros aspectos imprescindibles:
buscamos cual es el origen del dolor, analizamos por qué se produce esa lesión,
dónde se produce la lesión, con qué debemos tener cuidado, cómo responde el
cuerpo a nivel global, entre muchas cosas más.