El movimiento de
las articulaciones del pie es el mejor sistema de amortiguación para la
rodilla. De hecho estamos convencidos que cuando hacemos una plantilla para un
corredor, ésta, salvo en contadas excepciones, debe tener un cierto grado de
flexibilidad calculado en función de la geometría del pie, el peso del corredor
y su forma de correr.
Los cuatro tipos de pie son susceptibles de ser tratados mediante
plantillas, aunque siempre es conveniente hacer esto en
edades tempranas, cuando la estructura ósea aún es fácilmente modificable.
Hay muchos
corredores que no tienen una pisada correcta (y que no se debe a una mala
técnica, aunque a veces también, sino a una marcha patológica), que presentan
un rango articular limitado en alguna de las articulaciones del pie, aumento
considerable de la prono-supinación, pies excesivamente cavos, etc. En estos
corredores es imprescindible para prevenir otro tipo de lesiones el uso de una
plantilla que corrija o aminore el defecto y una zapatilla que esté perfectamente
indicada para su caso; además el uso de la plantilla ortopédica siempre debe ir
acompañado o apoyado de un plan de fisioterapia enfocado en la adaptación,
evitando complicaciones o resultados adversos.
Se recomienda un tratamiento en base a ejercicios de estiramientos y
fortalecimiento muscular, ejercicios de propiocepcion en tobillo, rodilla y
cadera, y ejercicios de
estiramiento en ambos miembros inferiores y también de la columna lumbar; siempre supervisados por un especialista fisioterapeuta.
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