Los médicos y fisioterapeutas advierten que los andadores
no son buenos porque los niños deben aprender a caminar solos y en el tiempo
natural para cada uno. Es recomendable pasar por etapas (sentarse, gatear,
ponerse de pie, etc.), al usar el andador continuamente, el niño estaría
salteando estas etapas y sólo estaría sentado o semisentado impulsándose con
los pies, y esto afecta el desarrollo motor de las piernas. Si el niño o niña
es todavía débil, pueden crearse malformaciones óseas porque la estructura
esquelética no logra en soportar el peso del propio cuerpo.
El niño tiende a caminar hacia los costados en vez de
caminar de frente.
No incentiva el balanceo de los brazos al caminar, lo
cual es indispensable para la coordinación para caminar bien. Tampoco le da una
noción clara de su espacio, y al estar sentado o semisentado no ejercita su
equilibrio.
Puede generar accidentes, porque cuando se coloca al niño
en el andador, los adultos creemos que no se caerá y se les deja sin
supervisión. Es en esos momentos, que el niño cuenta con libertad que puede
hacer cosas que no haría si estuviera bajo la supervisión de un adulto porque
los niños no tienen noción del peligro, pudiendo fácilmente rodar por las
escaleras, coger objetos peligrosos (medicamentos, insecticidas, objetos que se
pueden romper, etc.), entrar a la cocina y quemarse, volcar objetos pesados,
etc.
La razón principal es que no benefician el aprendizaje
del niño para andar y además son el motivo de muchas caídas.
Servicio de Terapia Física y Rehabilitación - Fisiopersonal