Las adenoides son masas grumosas de tejido esponjoso que ayudan a
proteger a los niños contra las enfermedades. Se encuentran en la parte
posterior de la cavidad nasal y por encima del paladar. Las adenoides realizan
un trabajo importante para los bebés y los niños pequeños como las encargadas
de luchar contra las infecciones.
Distintos procesos como infecciones reiteradas,
alergia o factores irritantes pueden provocar un aumento del tamaño de las
adenoides y, como consecuencia, la persistencia de la inflamación. Los
especialistas coinciden en que la extirpación de las adenoides está justificada
sólo en caso de obstrucción nasal persistente o de infecciones repetidas del
tejido adenoideo que provoca otitis de repetición, o moco persistente en uno o
ambos oídos. Para establecer el diagnóstico, se basan en los síntomas, el
examen físico y el estudio radiográfico.
El niño o el adulto con
adenoides grandes o con infecciones de adenoides puede presentar algunos de los
siguientes síntomas:
- Dificultad para la respiración por la
nariz, por lo que respira normalmente por la boca.
- Habla como si la
nariz estuviera obstruida.
- Respira
ruidosamente.
- Puede tener pausas
de apnea (deja de respirar durante unos pocos segundos mientras duerme).
- Catarros nasales,
con moco permanentemente en la nariz.
- Tos nocturna.
- Fiebre.
El tratamiento inicial de las infecciones en las
adenoides son los antibióticos. No obstante, ocurre que estos trastornos suelen
ser recurrentes, y las adenoides hipertróficas producen verdadera dificultad
respiratoria, con pausas de apnea, además de influir en la aparición de otitis;
afecta de manera directa en la masticación, deglución y el habla; trayendo como
consecuencia problemas articulatorios, lenguaje distorsionado, etc.; para lo
cual se recomienda la ayuda de un terapeuta de lenguaje. Y como última
tratamiento el otorrinolaringólogo indicará su extirpación quirúrgica.
Servicio de Terapia de Lenguaje - Fisiopersonal
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